martes, 25 de enero de 2011

No-estar


Tremendas barreras se levantan cada segundo que pasa. Emergen, traspasan la superficie neutra del alma y van tapiando poco a poco la imagen, el recuerdo. La esperanza queda arrinconada en lo más recóndito y oscuro, guardada, bien guardada, lista para recurrir a ella en los días de hastío, tristeza y delirio. ¿Estás bien? - Estoy-. He perdido la fluidez con que hermosas palabras viajaban de mi corazón a mis manos, a mi escritura, a mi papel en blanco. Tal vez mi tinta se haya vuelto incolora y puede que haya tanto, tantísimo escrito en este blanco soporte que brille por su albina presencia, o por su ausencia. Falsa calma interna, tranquilizadora ilusión, a veces. Hoy ya es mañana, y mañana es hoy, mas el lapso temporal que ello comprende poco me importa, ahora estoy triste, y ahora es eterno. La eternidad es blanca y pura, unas veces por plenitud y armonía, otras por vacío, ausencia. La palabra ausencia comprende todas las vocales menos la "o". El comienzo del vocablo aúna la primera vocal y la última. La ausencia de redondez, de la equidistancia...ausencia de armonía. Imagen vacía, líneas serpenteantes infinitas que no encierran nada. El aire se cuela entre los más suavizados recovecos de la palabra ausencia, y mientras tanto ella tan contenta.

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El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve.
Antonio Machado

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