sábado, 2 de enero de 2010


Y llorar toda una noche, acurrucada, sola en una nube de silencio. El mundo está dormido y yo demasiado despierta, atenta a todo. Pensando, o al menos intentándolo, ordenando los hechos...mis sentimientos, mis dudas...Pero esta vez es diferente, soy consciente de que estoy cayendo, en picado tal vez...muy rápido. Ahora, en vez de hacer fuerza para caer por inercia empiezo a repartir el peso, a planear y a bajar lentamente...para que no duela la caída. Despacio, toco el suelo muy despacio, casi rozándolo y a penas hace unos minutos que estoy en el fondo me preparo y cojo carrerilla para subir con fuerza.

No hay comentarios:

El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve.
Antonio Machado

Ellos leen...

Archivo del blog