lunes, 18 de enero de 2010

Huidas fictícias que tal vez sean reales


Ven, te espero, tengo todo el tiempo. Mientras tanto, me acomodo en un mundo donde todo es puro, donde el tacto es verde y el color es fresco, donde no existe el asfalto y en el aire se respiran fragancias inauditas. Ya estás aquí, compañero de viaje, siéntate a mi lado y presta atención. Despójate de los ruidos mundanales, metálicos y chirriantes de ese mundo del que escapamos. Estamos cerca, apoyados sobre algún lugar, hablando muy cerca, puedo escuchar el agua y sé que tu tambien. Sí, es verdad, la escucho. También el sonido que emite un extraño pájaro. Y sé que lo emite también para mí. ¿Puedes escuchar ese rumor de fondo? Es como un concierto privado de la naturaleza. Solamente para ti y para mi. Me gusta. Y a mi, gracias por invitarme. He conseguido evadirme de todo esto que me rodea durante estos cinco minutos. Ahora se han unido unos pájaros extraños, graznan. En el minuto 41, gritan como abuelas de pueblo asustadas. Deberíamos coger tu coche algún día, escaparnos de aquí, correr hacia la naturaleza. Sin planearlo demasiado, ¿quieres?
¿Dónde? Donde sea. ¿Crees que esta música nos hará falta? No lo creo, si vamos a la montaña los pájaros cantarán igualmente, y tus ojos serán el mar. ¿Oyes el arpa? Por el minuto 49, es tan solo un instante. Voy, son los pequeños detalles lo que hacen que algo pueda ser grande. Suena como celestial. Estoy tranquilo ahora, me gusta. ¿Y tú, cómo te sientes? Tranquila también, escuchando esto me evado de toda mi vida allí, por unos momentos. Vaya, yo siento algo igual. No es difícil. Además, si cierras los ojos y te imaginas en medio de un claro sentado en la hierba, apoyado en un árbol, un pequeño riachuelo se escurre felizmente a tu derecha. Los pájaros cantan reposados en las ramas, el sol esta fuera y lo ilumina todo, pero no quema. Tienes razón, no hace frío, se está muy bien.

Me ha encantado este viaje, ¿sabes?, gracias.
Gracias a ti por tan dulce compañía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sin palabras... ya estan todas...

El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve.
Antonio Machado

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